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das Mystische 2.1

SIN NOTICIAS DEL TIGRE

Los datos útiles, dicen, los datos contrastados que facilita, eficaz, la enciclopedia. ¿Convocar y causar un tigre?, pregunta alarmado el periodista. ¿Un tigre terrible a tan sólo unos minutos de casa? “En la infancia –escribió Jorge Luis Borges, especialista en fieras- yo ejercí con fervor la adoración del tigre: no el tigre overo de los camalotes del Paraná y de la confusión amazónica, sino el tigre rayado, asiático, real, que sólo pueden afrontar los hombres de guerra, sobre un castillo encima de un elefante”.

En un principio, los ojos del niño Borges pasaban con perfecta rapidez de la imagen real a la imagen doble, imaginaria; pero, pasado un tiempo, ante la imposibilidad de originar tigres rayados, asiáticos y reales, Borges se dejó llevar, felizmente, por las posibilidades creadoras del sueño. “Suelo pensar entonces: éste es un sueño, una pura diversión de mi voluntad, y ya que tengo un ilimitado poder, voy a causar un tigre”. Así, desde el lugar de la infancia de Borges, podemos asomarnos, tranquilamente, al balcón de papel oculto que se aloja en el bosque de las palabras. Y, desde ese punto seguro, a pesar del estúpido calor que amenaza con deshacerlo todo, observar los picos vacíos, semidesnudos, de la Sierra de Guadarrama. ¿Convocar y causar un tigre? ¿Un tigre terrible a tan sólo unos minutos de casa?

La Sierra de Guadarrama –dice la enciclopedia- es una alineación montañosa perteneciente a la mitad este del Sistema Central (sistema montañoso del centro de la Península Ibérica) situada entre las sierras de Gredos (Ávila) y de Ayllón (Segovia y Guadalajara). La sierra se extiende en dirección suroeste-noreste (¡la exactitud de los puntos cardinales!) y alcanza con sus dedos desplegados las provincias de Madrid, al sur, y Ávila y Segovia, al norte. Después de repasar la flora y los bosques de pino silvestre, los robledales y encinares, los pastizales y los arbustos de alta montaña, la enciclopedia enumera las distintas especies animales que habitan en sus poderosas tierras: ciervos, jabalíes, corzos, gamos, tejones; mustélidos, gatos monteses, zorros, liebres; el águila imperial; el buitre negro… Pero la imagen del satélite apenas si acierta a esbozar, con muchas dificultades, un punto difuso e insignificante, una mancha diminuta y extraña que no parece interesar a nadie. Nada parece indicar, por tanto, que tenga allí su morada ese animal nocturno y tenebroso. Nada parece anunciar motivos para el desasosiego o noticias del tigre.

El Tigre del Guadarrama (y esto, en cambio, no lo señala la enciclopedia) fue causado por Gloria Van Aerssen y Carmen Santonja a principios de la década de los 80’, siguiendo, claro está, las recomendaciones del maestro. La importancia del Tigre del Guadarrama en la mitología madrileña es tan sólo comparable al peso de la figura del Minotauro en las mitologías complejas. Especialistas en fieras y azote de bestias, las Vainica Doble escribieron la que muchos consideran, sin temor a equivocarse, la canción más triste de la historia. Allí, en esa estela azul atiborrada de muertos y rapaces exigentes, el tigre se levanta orgulloso reclamando en silencio su enorme ración de poesía. Pero sólo los que sintieron el aliento verdadero del tigre, y sobrevivieron a ello, pudieron conservar el significado certero de las palabras. El Tigre del Guadarrama se llevó por delante a muchos de los mejores atletas de aquella carrera brutal, salvaje y despiadada. Y dejó a muchos otros malheridos vagando como zombis en la noche, Antares y Alniyat en sus cabezas, señores del poder y del abismo.

1 comentario

Daniel -

Hay que ver lo que pinta y da de sí el tigre, tigre, su temible simetría, su enigmática escritura, las estrellas mi destino...

Gracias por el enlace, Enrique! Y un abrazo.